El estado de la nación es delicado. El alto costo de la vida con la inflación de los últimos tiempos también afecta a nuestros agremiados, un grupo de trabajadores que no son reconocidos como tal y que no gozan de salarios que vayan paralelos al costo de vivir en Panamá.
Entendemos a los actores sentados en las mesas de negociación y sus nortes. La realidad actual afecta a muchos sectores del país, y como ya mencionamos, también afecta a nuestros agremiados. Por ello nos solidarizamos, al entender que la postergación de nuestro futbol profesional fue prudente y buscó proteger la integridad de nuestros y nuestras futbolistas.
El presente, por más caótico que se vea, aboga por un llamado a la conciencia de los involucrados. Un llamado de esperanza para tomar ese camino que devuelva la paz que este país, un día gozó.